Esta fruta no se conserva durante mucho tiempo y requiere de una manipulación muy cuidadosa.
Su piel es muy sensible al tacto y ennegrece fácilmente, aunque se puede consumir pese a que adquiera dicha coloración oscura y ceda ligeramente al presionarla.
Hay que evitar guardarlas en la nevera, pues se interrumpe su maduración, por lo que si se quieren comer frías, las meteremos en la nevera el momento justo antes de su consumo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario